El endiosamiento y la crítica
Serpentinas de colores caen sobre nuestras cabezas así también las críticas. Solo que se asemejan a rocas que no te lastiman físicamente pero si internamente. Aquellas que provienen de quienes hipócritamente te inyectan veneno a través de sus palabras.
He ahí cuando surge el endiosamiento, ese que tienen ciertas personas que se creen dueñas de la verdad, su verdad, porque manifiestan a ultranza su religión. Y luego, y luego su lengua lanza blasfemias hacia su prójimo. ¿Qué es eso?
Bueno, esto es lo que ya no puedo soportar de este mundo. Que no respeta la posición o ritual del otro, que no abre su mirada a lo distinto.
Mi silencio es estremecedoramente extenso. No hay algo que me convenza que no somos los perdedores porque solo aprehendemos lo impuesto, lo tradicional, lo inmaculado.
Oye la bondad de uno es innato, creo yo que ningún daño te puede cambiar. Oye la maldad de uno solo trae el infierno interno. ¿Cómo se sale de esto?
No invoques lo que tu alma no siente porque se nota. Se como te sientas bien, no te ates a las ideas que te circundan y no son las tuyas.
No defiendas con ahínco una creencia, defiende a quien está a tu lado cuando te caes y sabes qué: te sorprenderás cuando veas que no es de tu mismo palo… porque no tiene que ser así.
Las vibras de humanidad fluirán echando raíces que crecerán si las riegas desde tu corazón.
Deja a los endiosados en su burbuja.
Y cierra los ojos mientras siguen cayendo las serpentinas en la fiesta de la idolatría.
Angela
No hay comentarios.:
Publicar un comentario