Candidez
Revolotean cual mariposas por todo el rancho mientras esperan degustar las empanadillas que su madre amorosa les prepara.
El ladrido de los perros acompaña el juego de aquellos niños que sonríen primorosos.
Son dos con su candidez a cuestas que a lomo de burro pasan los días de la casa a la escuela y viceversa.
Dichosos esperan el atardecer para apilar la leña que su padre trae del monte, leña para el horno de barro y que esa mujer que los parió utiliza cada jornada.
Los changuitos rezan sin contar las horas.
Caminan por los senderos de su pueblo buscando las chamisas pa´l fuego que cada mañana encienden.
Toman su matecocido con la tortilla y salen a atrapar sueños.
El cielo se viste de azul mientras ellos recogen las verduras de la huerta.
Pasará su niñez, más en el corazón florecerá cada día la infancia, repleta de pájaros, siestas y carnavales.
Sollozarán al tiempo y una lágrima reflejará el sol, el mismo sol que iluminaba sus caritas en el ayer hoy presente.
Angela Ledesma
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